miércoles, 16 de enero de 2008

Adios



Te apuesto a que, muy en el fondo, quizás me odias.

Porque a veces me da la sensación de que todos tus esfuerzos están encaminados hacia una disimulada venganza, y lo peor de todo es que nunca he sabido de qué me acusas, por qué soy tu culpable.
Te apuesto a que esto no tiene remedio. Porque no te das cuenta de que ya no siento lo mismo de ayer, porque no soportas la idea de que vivo bien sin ti… Tú decidiste y todo acabó, dijiste que podíamos ser amigos, pero no sabes nada de amistad.

Te apuesto a que con el tiempo te vas a acostumbrar. Porque te aferrarás a el y el a ti; porque yo no intentaba apaciguar soledades, sino querer… quererte. Y serás feliz, y quizás por fin te olvides de aquel pasado torpe e ingenuo, de cuando éramos tan dulcemente tontos.

Te apuesto a que no vale la pena. Porque comienzo a hartarme de ser “buena persona”. Me alejo sin cargos de conciencia; estar cerca de ti podría llegar a enfermarme, con frecuencia eres demasiado inverosímil, para mal.

Te apuesto a que con el tiempo se aprende. Porque ahora todo es más fácil de lo que creía. Te recordaré con indulgencia sana, pensaré que actúas “sin querer”… Haré de cuenta que no existe alevosía… Haré de cuenta que “no es nada personal”…

Espero desaparecer de tu orbita, bye
Richie

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