lunes, 24 de septiembre de 2007

Musica Lunar





He sido siempre un hijo de la Luna.

Siempre vi, desde niño las Lunas mas hermosas: la enorme Luna en llamas de Ocosingo saliendo alli, justo detras del cerro, tras la casa del rancho; la enorme Luna roja sobre el inmenso valle, en el amanecer, bajando de las tierras altas de San Cristobal hacia mi humedo pueblo, cuando tenia veinte años; la enorme Luna blanca vista desde el estudio de mi casa de ahora, al sur de la ciudad mas poblada del mundo, en las faldas de un monte todavia arbolado.

Aquí, en la primera Luna llena de este año, hicimos una ceremonia ritual para aguardarla: se leyeron poemas en su honor mientras todos veíamos su lentísimo ascenso. Al concluir la lectura continuamos mirandola en un total silencio, durante un largo tiempo que no podria medir reloj alguno.

Bajo la oscuridad, en el lugar del corazón: La Luna llena...
Ella beso mis manos y dejo como huellas dos lunas pequeñitas.
Soy dulce, libre como santo; si me toco la frente se ilumina, si toco a un asesino se santigua un territorio yermo fructifica, toco una piedra nace la poesía.

¿Lo sientes? Es el frio del siglo, es el frio del tiempo que acuchilla la piel, la luz que somos.

¿Sientes el golpe ciego del desierto? Hay pirañas en el aliento de la calle cruel.

Pero mi amor será como un brasero contra el frio
Mis labios como un agua contra la sal del viento
Mi cuerpo como nube contra el sol del desierto
Luz plena: sombra intensa
Entre charcos y piedras somos el mismo sueño bajo la luna llena
Para desinfectar el cielo: Musica lunar